¿Cómo detectar el trastorno del espectro autista?

El trastorno del espectro autista se relaciona con el desarrollo del cerebro, afecta la interacción social y comunicación de la persona, se evidencian patrones de conducta restringidos y repetitivos.

Dentro de estos trastornos se encuentra también el síndrome de Asperger (periodo final leve del espectro autista).

Este trastorno comienza en los primeros años de la infancia, desde el segundo año. No hay una cura específica para este trastorno, pero sí un tratamiento intensivo que puede cambiar la calidad de vida si se inicia a tiempo.

 

Sintomatología

En la primera infancia se puede evidenciar:

• Menor contacto visual
• Niños introvertidos o agresivos
• No responden a su nombre
• Carencia de expresión facial
• Habla con tono o ritmo anormal (robot, canto)
• No sigue indicaciones simples
• Dificultad para reconocer señales no verbales o interpretarlas
• Realiza movimientos repetitivos
• Se altera con facilidad
• Problemas de coordinación, movimientos extraños
• Sensibilidad a la luz, sonido, contacto físico, temperatura
• Se deslumbra por detalles, objetos, etc.

 

Los bebés con este trastorno no suelen manifestar signos de retraso antes de los 2 años. Los primeros signos de alerta son ausencia de gestos, saludos, sin balbuceos, no emite sonidos, etc.

Las causas suelen ser genéticas, mutaciones de algún cromosoma, parto prematuro, antecedentes familiares o factores ambientales que disparan los síntomas (infecciones virales, medicamentos, complicaciones durante el embarazo, etc.)

El tratamiento debe seguir un enfoque conductual, educacional, sociorelacionales, farmacológicos, psicológicos, etc.

 

Los trastornos del espectro autista son un grupo de trastornos del desarrollo que afectan la comunicación y el comportamiento. Aunque el autismo se puede diagnosticar a cualquier edad, se conoce como un "trastorno del desarrollo" porque generalmente los síntomas aparecen durante los primeros dos años de vida.