¿Qué es la espina bífida?

La espina bífida es un defecto congénito debido a que la columna vertebral y la médula espinal no se han formado adecuadamente.

La anomalía congénita se presenta en el tubo neural que es la estructura de un embrión en desarrollo que será el futuro cerebro del bebé, su médula espinal y tejidos.

Este tubo neural se forma durante los primeros meses del embarazo y se cierra 28 días después de la concepción. Cuando esta espina no se cierra, el bebé empieza a tener problemas de la médula espinal y en los huesos de la columna.

 

Tipos:

 

• Espina bífida (mielomeningocele): El mielomeningocele o espina bífida abierta es la más grave ya que el canal medular está abierto a lo largo de las vértebras, esto hace que el bebé pueda ser propensos a infecciones, parálisis, disfunción de vejiga.

• Espina bífida oculta: Más leve y común que produce una pequeña separación entre los huesos de la columna vertebral. Este tipo de espina bífida a veces no presenta síntomas y solo se evidencia por imágenes. 
• Meningocele: Es la menos frecuente caracterizada por un saco de líquido cefalorraquídeo que sobresale por una abertura de la columna vertebral. No se afecta ningún nervio ni la médula espinal. Los bebés presentan problemas de intestino y vejiga.

Causas

 

• Una de las principales causas de la espina bífida es resultado de una combinación de factores de riesgo genéticos, nutricionales y ambientales y sobre todo, la deficiencia de folato (vitamina B9 o ácido fólico) previo a la concepción del bebé. La mejor manera de consumir folatos en cantidades adecuadas es a través de la suplementación para llegar a las dosis óptimas y acompañados de alimentos fortificados de esta vitamina. 
• También el consumo de la madre de anticonvulsivos, ácido valproico y otros medicamentos pueden potenciar el defecto del tubo neural.
• Diabetes y obesidad
• Aumento de la temperatura corporal (hipertermia) y fiebre durante las primeras semanas de embarazo

 

Prevención antes del embarazo

La manera más segura de prevenir la espina bífida es teniendo un embarazo planificado, así las posibilidades de que el bebé sufra de esta enfermedad se reducen drásticamente.

La recomendación general es consumir de 400 a 800 mcg de ácido fólico al día (siempre a través de control médico si es que tu análisis de folato indique mayor o menor cantidad).

El ácido fólico también ayuda a la reducción de otros defectos congénitos como labio y paladar hendido o problemas cardíacos.

Se recomienda que las mujeres que quieran quedarse embarazadas suplementen el ácido fólico desde antes del inicio de la gestación, aunque siempre bajo la supervisión de su ginecólogo.