Bienestar

9 mitos y verdades sobre la sal y su consumo

Despejamos tus dudas sobre uno de nuestros ingredientes favoritos a la hora de comer y cuáles son sus desventajas para la salud.

La próxima vez que te encuentres en la mesa, quizá debas pensarlo dos veces antes de coger el salero. La razón es simple: la sal es la principal fuente de sodio en nuestra alimentación, un nutriente que en exceso tiene consecuencias nefastas para la salud, en particular la hipertensión arterial. Es por eso que este ingrediente es considerado un enemigo en la buena alimentación. No obstante, no todo es cierto respecto a su consumo. 

1.Mito: eliminar el sodio por completo es más saludable

El sodio es un nutriente esencial para mantener los fluidos corporales en equilibrio y los músculos y nervios funcionando sin problemas, explica la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). Sin embargo, la mayoría de personas consume demasiado sodio cuando en realidad el cuerpo necesita cantidades pequeñas.

2. Mito: la sal marina es más saludable que la sal de mesa

La sal de mar ha ganado popularidad, pero, tal como la sal de mesa, regularmente contiene 40% de sodio, dice la Asociación Estadounidense del Corazón. 

3. Mito: si no le pongo sal a la comida, no consumo demasiado sodio

Se estima que la mayor parte del sodio que consumen las personas proviene de alimentos procesados, no del salero. Por eso es tan importante comparar las etiquetas de información nutricional y los tamaños de las porciones.


La recomendación de la OMS es ingerir hasta 5 gramos diarios de sal, lo que es equivalente a menos de una cucharadita de té.

4. Mito: si el alimento no es salado, no tiene sodio 

La FDA explica que sorprendentemente hay algunos alimentos que pueden tener un alto contenido de sodio aun sin tener sabor salado. Esto quiere decir que no podemos usar únicamente nuestro sentido del gusto para juzgar con exactitud el contenido de sodio en un alimento. Por ejemplo, ponle atención a la carne de aves, quesos y panes.

5. Mito: la comida sin sal no sabe a nada

Si estás acostumbrado a comer con bastante sal, esto será cierto en un principio, pero solo hasta que te acostumbres. Como alternativas a la sal, se recomienda experimentar con especias, hierbas y cítricos para realzar el sabor natural de tu comida.

6. Mito: los altos niveles de sodio solo se encuentran en los alimentos

Algunos medicamentos de venta libre contienen altos niveles de sodio, recuerda la Asociación Estadounidense del Corazón. Es importante leer atentamente las etiquetas de los medicamentos. Algunas empresas producen productos de venta libre bajos en sodio.

7. Mito: la sal provoca retención de líquidos

Es cierto que el sodio puede contribuir a ello, pero en exceso y en personas propensas, como en aquellas que sufren obesidad, mujeres embarazadas o en la menopausia. Beber poca agua, no comer mucha proteína, tener problemas de riñón o llevar una vida sedentaria son otras de las causas que pueden contribuir a la retención de líquidos. 

8. Mito: solo las personas mayores deben preocuparse por el consumo de sal

Según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), comer mucha sal puede elevar la presión sanguínea a cualquier edad. Pero, además, si acostumbramos a los niños a no comer con mucha sal, nos aseguramos de que no desarrollen una predilección por los alimentos salados.

9. Mito: consumir menos de 5 gramos diarios de sal es imposible

La recomendación de la OMS es ingerir hasta 5 gramos diarios de sal, lo que es equivalente a menos de una cucharadita de té. Si te lo propones, hay muchas cosas que puedes hacer para reducir la ingesta. Puedes comenzar sacando el salero de tu mesa, no agregando sal durante la preparación de alimentos, limitando el consumo de tentempiés salados y escogiendo productos hiposódicos.



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