Salud Mental

Consejos para acompañar el duelo con empatía

¿Qué necesita alguien en duelo? Ser compasivos, ofrecer disponibilidad y respetar el tiempo de cada persona son algunas formas de brindar apoyo en este momento de la vida.

Por Ele Sipan, counselor, tanatóloga y fundadora de El Elefante en la habitación.

El duelo es un proceso natural y único que transitamos todas las personas que hemos sufrido una pérdida significativa, ya sea esta la muerte de un ser querido, perder nuestra salud, una ruptura sentimental, la pérdida de un empleo, una mudanza o algún aspecto que constituye nuestra identidad y con el cual tenemos un vínculo muy especial.

Este proceso se vive relacionalmente, es decir, no se debe transitar desde la soledad y el silencio; sino desde la compañía empática y real de nuestra red de apoyo: familia, amigos y compañeros. Recordemos que es un momento en el que nos sentimos más vulnerables y necesitamos armarnos de paciencia y también de soporte para llevarlo de la manera más sana y natural.

En base a los acompañamientos y consultas en espacios de terapia que sostengo, comparto algunas recomendaciones que suelo dar a manera de orientación y que sirven tanto para dolientes o personas en duelo como para aprender a ser una red de apoyo compasiva.

  1. «Lo siento»: No decir nada que no sintamos en realidad. Si no sabes qué decir, es mejor acompañar en silencio. No hay frases correctas y hay situaciones que nos dejan sin palabras. Cuando no sé qué decir, es mejor simplemente estar.
  2. Que sientan que estamos disponibles para él/ella. Que sienta que verdaderamente puede contar contigo y no está solo(a) en esto.
  3. No consolar desde ninguna religión. Puede que la persona esté en medio de una crisis de fe (porque rezó para que no pasara lo que justamente pasó) y nuestras palabras no sean bien acogidas. Seamos respetuosos y tolerantes con las creencias ajenas.
  4. No desearle «fuerza». El doliente ya está siendo bastante fuerte para lo que está enfrentando, por más que, paradójicamente, se sienta menos fuerte que nunca. La palabra «fuerza» puede llegar a cohibir más su manera de expresar el dolor al sentir que todos quieren verlo «aparentemente fuerte».
  5. Transitar el duelo sin prisas. Todos tienen su tiempo. Acompañar no es un acto invasivo, debemos respetar su espacio y tiempo. Puedes comunicarte ahora y luego dejar que pase un par de días y escribirle un mensaje de cualquier tema. Solo recuerda que si le vas a preguntar el típico «¿Cómo estás?», debes estar preparado para acoger una respuesta real y muchas veces difícil de afrontar.
  6. El duelo no es una enfermedad, escríbele/háblale con naturalidad, él o ella te lo agradecerá. Agradecerá que te acerques (aunque sea virtualmente) sin lástima.
  7. Cuando una persona ha experimentado una pérdida reciente, muchas veces no recuerda tanto lo que le dijimos en ese momento, sino cómo le hicimos sentir. Si conociste a la persona que falleció y guardas algún recuerdo o anécdota que te gustaría compartir con el/la doliente, díselo. Es reconfortante saber que nuestra persona querida es recordada y además le regalas un momento que el/la doliente desconocía de su ser querido. Los dolientes, por lo general, quieren hablar sobre su persona querida, quieren escuchar que alguien más mencione su nombre, que su existencia será recordada. Pero muchas veces los demás, por temor, porque deseamos que el doliente «siga adelante», «que no se ponga triste» o «que no llore», no volvemos a mencionar nada referente a su pérdida.

Seamos compasivos. El duelo es una de las vivencias más humanas que todos transitamos, es también un punto de quiebre que nos conecta con nuestra esencia y nos cambia la manera de mirar la vida, el amor y a nosotros mismos. Como dolientes, no nos resistamos a nuestras propias emociones y como sociedad, acompañemos y facilitemos en lugar de señalar o reprimir.





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