¿Has oído hablar de la personalidad explosiva intermitente?

Seguro que nunca oíste hablar de la personalidad explosiva intermitente. Sin embargo, lo cierto es que convivimos con personas bajo esta condición casi a diario. Choferes que se agreden en plena vía pública, gente que grita y se descontrola en los supermercados porque tiene que hacer cola para ser atendida o un familiar que se irrita y discute de forma violenta al hablar de temas relacionados principalmente a la política o el fútbol.

“La personalidad explosiva intermitente supone episodios repentinos y repetidos de conductas impulsivas, agresivas y violentas o arrebatos verbales agresivos en los que reaccionan con demasiada exageración ante una situación”, explica Héctor Lazo, psicólogo de la Clínica SANNA El Golf.

¿Qué caracteriza esta personalidad?

El especialista detalla que en estos casos, nos referimos a personas con cambios abruptos en su comportamiento. Por ejemplo, pueden pasar de ser muy amables a amenazantes en cuestión de minutos. “Al percibir a estas personas como inestables en su comportamiento, se genera un ambiente de incertidumbre y angustia entre las personas que las rodean”, enfatiza.

De igual manera, comenta Lazo, para quienes tienen este trastorno, existe una gran necesidad de tener el control, “de que las situaciones en general, las conductas de las personas y los factores ambientales se presenten como ellos perciben que deberían presentarse”. Además, una característica muy representativa de la personalidad explosiva intermitente es que mientras más se esfuerzan por tener control, suelen tornarse más impacientes, “aumentando la probabilidad de, nuevamente, iniciar un ciclo de impulsividad”, indica el psicólogo.

Asimismo, las reacciones emocionales de las personas con esta condición suelen ser desproporcionadas en relación con la situación que viven. “Pueden explotar de ira, gritar, maldecir o incluso volverse violentos en respuesta a estímulos que otros consideran menores”, sostiene Lazo. En tal sentido, agrega el experto, uno de los detonantes que podría causar este trastorno estaría vinculado al entorno familiar en donde han crecido, donde el comportamiento explosivo, así como el abuso verbal y/o físico han sido muy frecuentes.

Tratamiento oportuno

Para alcanzar el tratamiento necesario, indica Lazo, es muy importante realizar una adecuada conceptualización de cada caso. “El tratamiento puede conllevar una mezcla de terapia cognitivo-conductual, la cual debe ser realizada por un médico especialista en psicología, además de complementar con tratamiento farmacológico”. Cabe destacar que la terapia puede contribuir a que el o la paciente aprenda a reconocer sus impulsos y adquirir un mayor nivel de conciencia y control de la ira, así como tratar el estrés emocional que suelen acompañar esta clase de episodios.

Finalmente, aconseja, Lazo, de tener la sospecha de una personalidad explosiva intermitente es fundamental buscar ayuda. “Si no somos conscientes y no acudimos donde un psicólogo especialista, pueden generarse casos extremos en los que muchas veces podemos hacernos daño o a nuestros seres queridos ya sea de forma psicológica o física”.

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