Invierno sin anemia: ¿cómo proteger la salud de los niños en casa? 

El invierno no solo trae consigo bajas temperaturas y mayor presencia de infecciones respiratorias. Para muchos niños, esta temporada también representa un riesgo adicional para su nutrición. “Durante el invierno, los niños suelen enfermarse con mayor frecuencia debido a infecciones respiratorias y virales. Estas enfermedades pueden disminuir el apetito, alterar la absorción de nutrientes o aumentar las necesidades de hierro por procesos inflamatorios”, explica la nutricionista pediátrica Zaira Racchumi. 

A esto se suma otro problema frecuente: el bajo consumo de frutas y verduras ricas en vitamina C durante esta época, un nutriente clave para que el cuerpo aproveche mejor el hierro. Como resultado, la anemia puede presentarse o agravarse si no se toman las medidas adecuadas. 

El hierro: el gran protagonista 

La anemia por deficiencia de hierro es la más común en la etapa de la infancia. Por eso, es fundamental garantizar su consumo en la dieta diaria. Según comenta Racchumi, existen dos tipos de hierro: 

  • Hierro hemo: Está presente en alimentos de origen animal como las carnes, vísceras (como hígado o sangrecita), pescados oscuros (bonito, anchoveta), pollo y pavo. “Se absorben con mayor facilidad por el cuerpo y es fundamental en la prevención de la anemia”, anota la especialista. 
  • Hierro no hemo: Se encuentra en alimentos vegetales como menestras (lentejas, frejoles, garbanzos), cereales y vegetales de hoja verde. Aunque se absorbe en menor cantidad, su aprovechamiento puede mejorar significativamente si se acompaña de alimentos ricos en vitamina C. 

Por eso, una buena práctica es siempre incluir en las comidas frutas como mandarina, naranja, papaya, camu camu o verduras como el pimiento y el tomate, especialmente cuando se preparan platos con hierro vegetal. 

Ideas prácticas para enriquecer la alimentación 

Una alimentación rica en hierro no tiene por qué ser complicada ni costosa. Racchumi sugiere incorporar alimentos clave en recetas atractivas para los niños como: 

  • Paté de hígado 
  • Torrejitas de bazo o sangrecita 
  • Ají de bonito 
  • Salsa roja de lentejas 

Además, si el niño no consume productos de origen animal, es posible mantener una alimentación adecuada usando fuentes vegetales como la quinua, las menestras y los cereales fortificados, siempre acompañados de vitamina C para maximizar su absorción. 

¿Qué hacer si mi niño rechaza estos alimentos? 

Es común que los más pequeños sean selectivos con lo que comen. “Los niños pequeños que rechazan ciertos alimentos, lo más importante es tener paciencia. Es normal que necesiten varias exposiciones antes de aceptar un nuevo sabor o textura”, afirma la nutricionista. 

La clave está en no forzar, sino ofrecer de manera repetida y en ambientes tranquilos. Preparaciones coloridas, texturas variadas y la participación del niño en la preparación pueden ayudar a mejorar su disposición a probar nuevos alimentos. 

Señales de alerta para acudir al médico 

Por otro lado, existen ciertos síntomas que pueden indicar la presencia de anemia infantil. La especialista recomienda estar atentos si el niño o niña presenta: 

  • Tez pálida en labios, párpados o palmas 
  • Cansancio frecuente o poco interés en jugar 
  • Cambios de humor o irritabilidad 
  • Disminución del apetito 
  • Retrasos en el crecimiento o desarrollo 

Si se detecta uno o más de estos signos, se debe acudir al establecimiento de salud más cercano para una evaluación. 

Medidas clave para prevenir la anemia 

Además de una alimentación balanceada, Racchumi recuerda otras acciones importantes para evitar que nuestros engreídos presenten anemia. ¿Cuáles son? 

  • Iniciar la suplementación preventiva de hierro a partir de los 4 meses (y desde el primer mes si el bebé es prematuro) 
  • Realizar el dosaje de hemoglobina a los 6 meses 
  • Asistir puntualmente a los controles de Crecimiento y Desarrollo (CRED) 
  • Evitar bebidas que interfieran con la absorción de hierro como el té, café y lácteos cerca de las comidas 
  • Mantener al día el esquema de vacunación, que protege al niño de enfermedades que podrían debilitar su sistema inmune 
  • Educar a la familia y cuidadores sobre qué es la anemia, cómo prevenirla y reconocer sus señales de alerta 

Recuerda que la anemia es prevenible y un enfoque familiar centrado en la nutrición, la vigilancia médica y el amor pueden marcas la diferencia en su bienestar. 

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