El uso de lámparas de secado con UV en manicuras en gel o acrílicas ha generado dudas sobre su seguridad. Conoce más en la siguiente nota.
La manicure con esmaltes en gel se ha vuelto parte de la rutina de belleza de muchas peruanas. Su durabilidad y acabado impecable han hecho que este tipo de servicios sea más demandado en los salones de belleza. Sin embargo, junto a su popularidad también han surgido preguntas sobre la seguridad de las lámparas de secado que emplean luz ultravioleta (UV). ¿Podrían generar cáncer de piel?
Diversos estudios recientes han puesto el tema sobre la mesa, especialmente por la frecuencia con que algunas personas se exponen a estas fuentes de radiación. Si bien la evidencia no señala un riesgo elevado, sí plantea la necesidad de ser precavidas, sobre todo ante exposiciones prolongadas.
¿Qué dicen los dermatólogos?
El dermatólogo Carlos Sordo, especialista de la Clínica Ricardo Palma, explicó a diario Correo que, aunque se ha discutido este posible vínculo, “el riesgo de padecer dicha enfermedad por esta causa es bajo”, en línea con los hallazgos de una publicación reciente del Journal Europeo de Dermatología.
Sin embargo, el médico advierte que una exposición repetida y sostenida sí podría incrementar la probabilidad de desarrollar cáncer de piel a lo largo de los años, por lo que recomienda evitar el uso frecuente de estas lámparas o reducirlo dentro de lo posible.
En el Perú, esta preocupación no es menor, pues la incidencia de casos de cáncer de piel sigue incrementándose a nivel nacional. Cada año se diagnostican entre 3 mil y 5 mil casos y cerca de 728 personas fallecen por este motivo, según cifras de la Dirección de Prevención y Control de Cáncer (DPCAN).
Lo que se sabe fuera del país
Un artículo publicado por el Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas en Estados Unidos, detalló que las lámparas empleadas en manicuras y pedicuras suelen emitir luz UVA, el mismo tipo de radiación presente en el sol y en las camas de bronceado. Ambos tipos de exposición están asociados al envejecimiento prematuro de la piel y al desarrollo de cáncer cutáneo.
En dicho análisis, la dermatóloga Saira George recordó que, aunque la exposición puntual en un salón es menor que la de una cámara de bronceado, “sigue siendo un riesgo del que deberíamos ser conscientes e intentar reducir”, declaró.
Estudios previos han arrojado algunos resultados mixtos que son clave:
- Por ejemplo, una investigación de 2009 reportó que dos mujeres desarrollaron cáncer de piel en las manos tras años de manicuras con lámparas UV, aunque no pudo establecerse causalidad directa.
- Un estudio de 2014, que analizó 17 dispositivos en salones distintos, concluyó que una sola sesión no implicaría un riesgo significativo, pero que la exposición acumulada en muchas visitas sí podría causar daño en el ADN.
- Una publicación de 2023 encontró que la radiación de estas lámparas puede inducir mutaciones genéticas, aunque los experimentos no se realizaron en piel humana.
George comentó que, incluso con estas observaciones, “según la información que tenemos ahora, el riesgo de cáncer de piel por secadores de uñas parece bajo (…) Pero como las exposiciones a los UV se acumulan a lo largo de toda la vida, si eres habitual en el salón (ejemplo: te haces las uñas cada mes desde los 15 o 20 años) o tienes alto riesgo de cáncer de piel, lo más seguro es hacer lo posible para reducir la exposición”.
Recuerda: el riesgo crece en personas que acuden frecuentemente al salón o que ya tienen factores predisponentes, como piel clara, antecedentes de quemaduras solares o un diagnóstico previo de cáncer cutáneo.
¿Y qué pasa con las uñas artificiales?
Las uñas postizas también son utilizadas para cubrir hongos o corregir deformaciones. Pero los especialistas recuerdan que un problema de este tipo sin tratamiento puede empeorar.
¿Cómo reducir el riesgo durante una manicure?
Los expertos coinciden en que no es necesario dejar de hacerse las uñas, pero sí adoptar medidas de protección razonables:
- Aplicar protector solar en manos y dedos antes de usar la lámpara.
- Utilizar guantes sin dedos diseñados para bloquear radiación UV.
- Preferir técnicas que no requieran lámparas UV, como esmalte tradicional o manicure por inmersión.
Tal como recomendó George, “la próxima vez que vayas al salón, lleva tu protector solar favorito y pregunta a tu manicurista si se puede aplicar como parte de la loción y masaje de tu manicure o considera un servicio que no requiera el uso de lámparas UV”.
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