Los riñones cumplen una función vital en el organismo. Sin embargo, ciertos alimentos y hábitos pueden sobrecargarlos y afectar su funcionamiento con el tiempo.
Los riñones trabajan sin descanso las 24 horas del día para eliminar toxinas, regular la presión arterial y mantener estables los niveles de sodio, potasio y fósforo en la sangre. Sin embargo, cuando se abusa de algunos alimentos o se combinan con hábitos poco saludables, este equilibrio se altera y aumenta el riesgo de daño renal.
De acuerdo con especialistas en nefrología, una de las principales causas de insuficiencia renal en el Perú es la hipertensión y la diabetes, enfermedades directamente relacionadas con la dieta. Por eso, la alimentación juega un papel clave no solo en la prevención, sino también en el control de quienes ya padecen algún grado de daño renal.
A continuación, conoce qué alimentos pueden ser perjudiciales si se consumen en exceso.
- Alimentos ultraprocesados y altos en sodio
Los productos industrializados como embutidos, snacks, sopas instantáneas o comidas rápidas contienen grandes cantidades de sodio. Este mineral, aunque necesario en pequeñas dosis, puede elevar la presión arterial y forzar a los riñones a trabajar más de lo debido.
El exceso de sal también provoca retención de líquidos y puede favorecer la aparición de cálculos renales. En ese sentido, la recomendación es reducir el consumo de sal de mesa y preferir hierbas y especias naturales para sazonar las comidas.
- Carnes rojas y procesadas
Las proteínas son esenciales, pero un exceso –especialmente proveniente de carnes rojas o embutidos- puede generar sobrecarga en los riñones. Cuando se metabolizan las proteínas animales, se producen desechos nitrogenados que deben ser filtrados por estos órganos. Además, las carnes procesadas suelen contener aditivos como nitritos, sodio y conservantes que son perjudiciales para la función renal. Por eso es recomendable alternar las fuentes de proteína con opciones más ligeras como pescado, pollo o legumbres.
- Bebidas azucaradas y gaseosas
El consumo frecuente de gaseosas, jugos artificiales o bebidas energéticas no solo contribuye al sobrepeso y la diabetes, sino que también puede dañar los riñones. En su lugar, los nutricionistas aconsejan mantener una buena hidratación con agua puro o bebidas naturales sin azúcar añadida.
- Alimentos ricos en fósforo y potasio (en exceso)
Cuando los riñones no funcionan correctamente, los niveles de minerales como fósforo o potasio pueden acumularse en la sangre. Esto puede causar debilidad muscular, alteraciones del ritmo cardíaco o descalcificación ósea. Alimentos como lácteos enteros, frutos secos, plátano, palta y chocolate deben consumirse con moderación en estos casos, especialmente si existen algún grado de insuficiencia renal. En estos casos, es necesario seguir las indicaciones del médico y/o nutricionista tratante.
- Alcohol y comidas con alto contenido graso
El consumo de alcohol en exceso puede alterar la presión arterial y dañar las células renales. Del mismo modo, las comidas fritas o con grasas saturadas –como las que contienen mantequilla, embutidos grasos o productos de pastelería industrial- aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, que también repercuten en la salud renal.
Cuidar tus riñones es prevenir
Adoptar una alimentación balanceada, rica en fritas, verduras y cereales integrales, es una de las mejores formas de proteger los riñones. También es importante mantenerse hidratado, realizar actividad física regularmente y evitar la automedicación, ya que el abuso de analgésicos y antiinflamatorios puede afectar gravemente la función renal.
Según recomendaciones del Minsa y de especialistas en nefrología, se recomienda al menos un chequeo de función renal al año a partir de los 40 años en personas sin factores de riesgo. No obstante, en personas con antecedentes como la hipertensión, diabetes o sobrepeso, este control debe efectuarse desde los 30 años o incluso antes.
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