¿Qué son los antibióticos y cómo es su uso?
Por el Dr. Roberto M. Carrasco MD, MsC, PhD
Los antibióticos son medicamentos que combaten las infecciones bacterianas en los seres humanos y que cuando matan a las bacterias, o evitan que crezcan y se multipliquen, van a actuar sobre diferentes tipos de enfermedades. Las bacterias son microorganismos de una sola célula que pueden atacar diversos órganos y sistemas del cuerpo humano, y los antibióticos se van a usar para tratar las enfermedades que producen estos microorganismos.
Es importante entender que los antibióticos son específicos para infecciones bacterianas y no nos sirven para infecciones virales, como los virus del resfriado común o de la gripe.
El primer antibiótico que se descubrió fue la penicilina, hecha a partir de un hongo que disminuye el crecimiento de cierto tipo de bacterias. Los antibióticos que conocemos hoy son generados en base a esta penicilina, que todavía sigue vigente, y de la cual se originan la ampicilina, amoxicilina y otros tipos de penicilinas.
"Si hemos utilizado un antibiótico para tratar una infección de tracto urinario, este podría no tener efecto alguno en el tratamiento de una infección de garganta y, lo que es peor, podríamos crear una resistencia de las bacterias hacia esos antibióticos".
Desde la penicilina, se han descubierto diferentes tipos de antibióticos que se utilizan para atacar las bacterias en diferentes lugares, por lo que existen indicaciones muy específicas para el uso de los antibióticos en las infecciones. Es por ello que es muy importante seguir la prescripción de un especialista antes de empezar a tomar un ciclo de antibióticos.
Eso quiere decir que si hemos utilizado un antibiótico para tratar una infección de tracto urinario, este podría no tener efecto alguno en el tratamiento de una infección de garganta y, lo que es peor, podríamos crear una resistencia de las bacterias hacia esos antibióticos. Por ello, los expertos siempre aconsejan usar antibióticos únicamente si fuera necesario.
Tampoco es recomendable recetar antibióticos para todos los casos en los que hay fiebre, molestias o síntomas inespecíficos en general, y solo tomarlos cuando hay una evidencia de una infección específica. Otra cosa a tomar en cuenta es el tiempo determinado para administrar un antibiótico, el cual deberá ser dictado por un médico especialista y cumplirse escrupulosamente por el paciente. Solo así podremos asegurarnos de que las bacterias morirán y que no continuarán multiplicándose dentro del organismo.
Por último, es importante tener en consideración que los antibióticos pueden ocasionar efectos secundarios como náuseas, dolor abdominal, inclusive reacciones alérgicas, por lo que siempre es recomendado que, una vez se inicia un tratamiento antibiótico prescrito por un especialista, se complete el tratamiento de forma escrupulosa.