Todo sobre el ataque de pánico
El ataque de pánico no es prevenible, pero sí regulable.
El ataque de pánico es un miedo repentino e intenso que provoca reacciones físicas a pesar de no haber un peligro real.
Las personas que enfrentan un ataque de pánico sienten que están perdiendo el control, como si tuvieran un ataque cardíaco o sensación inminente de muerte.
A veces el ataque de pánico se resuelve cuando desaparece la situación estresante, pero si son recurrentes y varios eventos en el año, con miedo constante, es probable que se esté desarrollando un trastorno de pánico.
Síntomas
- Miedo a perder el control
- Sensación de peligro
- Taquicardia y palpitaciones
- Sudor
- Escalofríos y temblores
- Sofocación
- Mareos y náuseas
- Calambres
- Falta de aliento
- Dolor de pecho y cabeza
- Desmayo
Los ataques de pánico empiezan de forma súbita, sin aviso. El máximo punto se puede alcanzar en minutos, luego se experimenta fatiga extrema.
Causas
Están asociadas a diferentes variables que pueden influir en el comportamiento de la persona, desde la genética, el momento disparador o alto nivel de estrés, un suceso traumático, consumo excesivo de tabaco y cafeína, el tipo de carácter para enfrentar las emociones, o cambios fisiológicos (cerebro), etc.
Complicaciones
Si no se trata el ataque de pánico, puede afectar a varios aspectos de la vida y se puede presentar:
- Fobias específicas
- Atención excesiva por la salud o enfermedades
- Poca interacción social
- Ideación suicida
- Depresión, ansiedad
No existe prevención para este estado, pero sí varias recomendaciones y guías como terapia cognitivo-conductual con un plan de tratamiento personalizado para evitar las recaídas, realización de ejercicios.
También es importante la incorporación de familiares o cuidadores al esquema de tratamiento como fuente de apoyo durante dicho proceso.
“Los ataques de pánico en sí no ponen en riesgo la vida, pero afecta significativamente la calidad de vida”.